Llegas hacer mucho daño, nunca te paras a pensarlo, pero duele.
Algo te traspasa la piel, y llega hasta el corazón, como un millón de punzones que te atraviesan cada milímetro de tu cuerpo.
Está claro que no somos iguales, que tu eres el día y yo la noche, pero creo que no acabamos de encajar, pese a los esfuerzos que son en vano. No se como acabará esto, pero seguro que hasta que se me debiliten las fuerzas. Es triste porque seguro, que cuando acabe, tendremos más amor que antes.
Nos estamos lapidando mutuamente, es una relación destructiva supongo. ¿Y ganará el más fuerte?
Si esto se acaba, no habrá ganadores, sólo corazones rotos.
Siempre te he querido cuidar como a un bebé. Igual es el momento en el que el bebé ya ha crecido, y busca diferentes cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario